«No se necesitan muchos rituales para que exista confianza. ¡No se trata de tener, sino de ser! ¡Para alimentar la creencia de que necesito tener muchas cosas, pero sabemos que en realidad la base de la confianza no es tener, es ser! Y cuanto más soy… menos necesito tener».
Es interesante detenerse en la etimología de las palabras confianza – con fianza, es decir, algo confiable, que da una garantía.
La confianza es bidireccional: doy y recibo, y así me siento completo y seguro.
La confianza es más que una idea abstracta, es un estado y tiene un aspecto profundamente somático, es decir, la confianza para identificarse como tal tiene que sentirse.