Cuando el miedo cruza los límites de lo razonable, crea un desequilibrio en la persona que puede revelarse de diferentes maneras. El cuerpo siente el miedo y pasa de la sensación a la biológica – se acidifica, y esta transformación química puede causar enfermedades.
Cuando el miedo no está somatizado en el cuerpo, puede afectar más a la mente, y aquí tenemos la génesis de los trastornos obsesivo-compulsivos.
Sin embargo, es importante mencionar que para ser clasificados como trastornos es necesario que sean obsesivos, y que puedan ser compulsivos o no.
Un trastorno puede ser obsesivo sin llegar a ser compulsivo.
Sin embargo, para que se considere patológico, es necesario que este pensamiento impida a la persona dar las respuestas necesarias para garantizar su calidad de vida.
Cuando limita a alguien de ser funcional en cosas que son importantes, ya se considera que se entra en patología.
Los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) son las últimas etapas del miedo, es decir, al catalogar la escala del miedo en etapas, el TOC es su fase más aguda.
Siempre hay una razón para desarrollar estas patologías
Las obsesiones nacen de situaciones que exigen mucho de la persona, interna o externamente. La obsesión no nace de la nada, sino de una sobrecarga. Cuando hay grandes desafíos se necesita valor para enfrentarlos.
Las transiciones son momentos de crisis que nos desafían.
Muchos temores arquetípicos que podríamos llamar «nuestros fantasmas» no se ven, sino que se sienten. Las crisis nos obligan a dejar las cosas, a dejar nuestra zona de confort, a cambiar, y en estos tiempos de desafío es normal que surja el miedo.
El vínculo como regulador de la salud mental
El mayor antídoto de transformación de un paciente que viene a la terapia es el vínculo, es el sentimiento de que nos preocupamos por él.
El buen terapeuta se remonta al momento en que el vínculo se pierde o se debilita. A partir de ahí podemos empezar a reparar ese daño. Y lo importante es crear un vínculo con el paciente, mostrarle que puede amar y que es digno de amor, de atención y que desde este lugar de confianza puede mostrarnos quién es, qué le preocupa, qué le asusta.